Ayer escuché a una modelo muy reconocida en mi país confesar que a lo largo de su vida habían primado las relaciones tóxicas; sin embargo, dio testimonio sobre la relación más tóxica que había tenido, diciendo, ha sido con ella misma.  Contó cómo desde los 12 años no aceptaba su cuerpo, empezó a pelear con el espejo porque no le gustaba. A los 14 años fue diagnosticada con bulimia y anorexia, a los 16 tuvo su primera cirugía estética de muchas q vendrían después dejando fibrosis en sus tejidos. Más adelante se puso polímeros, los cuales más tarde tuvo q retirar, dejando graves cicatrices en su cuerpo. Y así un sinfín de consecuencias de decisiones mal tomadas por la falta de amor propio y autoestima (esto dicho x ella), pero especialmente (y esto lo digo yo), por falta de Dios en esos vacíos que solo Él puede llenar.  Hemos crecido con una cantidad de creencias que la sociedad ha puesto en nosotras respecto a cómo debemos lucir, cómo debemos vernos, cómo debemos actuar, y esto muchas veces nos encadena, como le pasó a ella, llevándonos a perder el amor y el valor por quien verdaderamente somos.  Reconocer quienes somos en Cristo Jesús nos sanará y llenará ese vacío en autoestima q ninguna cirugía plástica o aprobación social puede llenar… Recuerda, tú y yo hemos sido escogidas para ser sus hijas, predestinadas para cumplir su propósito, amadas para amar, perdonadas para poder perdonar, herederas de todas sus riquezas (espirituales y físicas), y selladas por Su Santo Espíritu.

Efesios 1:4-14 (RV60): 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”

Gracias Padre celestial por hacerme tu hija, tu heredera. Amén