1 Samuel 3:3-4 “Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: heme aquí.” (RV60).

Deseo que te respondas a una pregunta con sinceridad. ¿Podemos decir que porque vamos a la Iglesia conocemos a Dios?

Vemos que Samuel vivía en el templo, pero no conocía a Dios, y por eso Dios lo llamó de madrugada, porque quería que Samuel lo conociera y que su palabra le fuera revelada. 1 Samuel 3:7 “Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.” (RV60).

Qué importante escuchar la voz de Dios de madrugada, y que nos llame para que nos levantemos pronto a escucharle hablarnos y llamarnos por nuestro nombre. Él quiere revelarse a usted y a mí y revelar su palabra. Hermoso nuestro Señor.

¿Pero qué pasa cuando Dios nos despierta? Que nosotras en muchas ocasiones no hacemos caso a ese llamado de madrugada, y seguimos durmiendo, a pesar de que Dios continúa insistiendo en llamarnos porque quiere hablar a nuestro corazón, quiere que le conozcamos en toda su grandeza, quiere darnos un mensaje a través de su palabra.

La historia de Samuel nos hace ver la importancia de estar atentos a la voz de Dios, sobre todo en la noche, madrugada, cuando hay silencio, porque Dios desea hablar a nuestro corazón. Aún más que eso, Él quiere darnos un mensaje o que oremos por algo muy importante que puede estar por acontecer. Pero Él quiere que estemos atentas, vigilando, no durmiendo pues su llamado es de suma importancia.

Nuestra vida está llena de ruidos en todo el día, que se nos hace difícil escuchar la voz de Dios; y sobre todo, si todavía no lo conocemos como le pasaba a Samuel. Dios le hablaba y lo llamaba, y Samuel iba a donde Elí. Hasta que Elí entendió que quien le hablaba era Dios, y se lo hizo ver. Entonces fue cuando Samuel conoció la voz de Dios que lo llamaba.

Durante la noche estamos más sensibles a escuchar la voz de Dios. Debemos estar dispuestas a responder a su llamado como lo hizo Samuel: Habla porque tu sierva oye. Poderoso el llamado y el mensaje que Dios nos dará si estamos atentas a su voz y anhelamos conocerlo aún más.

Oramos: Padre, que nuestros oídos estén atentos al llamado de tu voz, pues Tu deseo es bendecirnos, y que seamos de bendición para otros con el mensaje que nos quieres revelar. Amén.