¿Limitantes o Propulsores? (Serie)
Hace poco me encontraba conversando con una compañera de la universidad, quien me confiaba una experiencia angustiante que estaba atravesando. Su hija de 19 años empezó a tener un dolor en la parte inferior de su vientre, que aumentaba en intensidad. Decidieron llevarla al médico, quien prescribió una serie de exámenes. Los resultados revelaron la presencia de un tumor, lo que naturalmente generó angustia en mi compañera, mientras esperan el diagnóstico del médico, el cual se demora.
Otro día con gran calma mi compañera me dice: ¿sabes? Mi familia y yo hemos decidido vivir el día a día. En ese momento recordé el pasaje de Mateo 6:34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (RV60). Ella continuó diciendo: “No podemos estar preocupándonos por un futuro incierto; sin embargo, si podemos estar disfrutando el día a día por lo que realmente tenemos en este momento, el estar juntos, el poder compartir con ella, hablar y disfrutar de esta familia que tenemos” y aunque sé que “a los que amamos a Dios toda obra para bien” Romanos 8:28, en esos tiempos de prueba es importante entender que todo tiene un para qué.
Encontrar ese para qué, muchas veces, requiere abrir nuestros ojos espirituales e intentar ver las cosas como Dios las ve. No es sencillo, pero no hay nada que su amor y su gracia no puedan hacer. Juan 13:7(RV60) “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.” porque los puntos no se unen hacia adelante sino hacia atrás.
Señor, en este día yo te pido por cada persona que está atravesando pruebas que no comprende o no entiende porque llegaron a su vida. Señor, dales la paciencia para aceptar lo que no pueden cambiar, la fortaleza para cambiar lo que si pueden y la sabiduría para entender la diferencia; que esta prueba Señor sea un tiempo precioso para encontrarte a Ti y conocer más de tu carácter, que de esta prueba Señor, salga renovado el amor de ellos hacia Ti; pero especialmente Señor, que tanto ellos como sus familias puedan encontrar la salvación y la vida eterna en esta prueba porque te conocerán, se acercarán más a Ti y Tú les hablarás. Ayúdalos Señor has que vean tu mano milagrosa y tu poder en sus vidas y que un día después de pasar este desierto, puedan dar testimonio de las cosas grandes y maravillosas que solo Tú hiciste en sus vidas. En tu nombre Jesús te lo pedimos. Amén.
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